A menudo me encuentro mails o comentarios en el blog en los que se me pregunta personalmente cuestiones como:
– ¿Crees que esta cartera es apropiada?
– ¿Qué piensas sobre este fondo? ¿Y sobre este ETF?
Pues bien, seas o no una de esas personas que participan de este blog y realizan preguntas parecidas, tengo para ti una mala y una buena noticia.
La mala noticia es que no hay una verdadera respuesta a esas preguntas. Los gurús financieros no existen. Podría poner algún ejemplo parecido pero puede haber algún niño leyendo esta página por casualidad :). Ningún personajillo televisivo de cuello blanco y corbata te dará esa respuesta, y, por supuesto, yo tampoco. Lo mejor que puedes hacer es formarte y tomar tus propias decisiones, aunque posteriormente podamos hablar y debatir sobre el tema.
La buena noticia es que la única respuesta posible te dice que la solución está en tu mano. Tomar la decisión de gastar menos de lo que ganas, ahorrar parte de lo que ingresas, reducir con ello tus deudas y comenzar una cartera de inversión, es algo que está a tu alcance y que sólo requiere un esfuerzo intelectual moderado para llevarlo a buen puerto.
Te sueles concentrar en el activo a elegir, y es precisamente lo último en lo que tienes que pensar. Primero debes analizar tu situación económica, trazar un plan que mejore tus finanzas y respetarlo hasta que practicamente vaya funcionando con piloto automático. Piénsalo, si el avión ya es capaz de ir solito y lo sabe hacer mejor que tú, para qué meter las zarpas en los mandos durante todo el trayecto Madrid-Pekín. Dedícate a controlar la situación de forma pasiva y deja que tu plan de inversión se ocupe del trabajo duro.