La inversión en oro es uno de los clásicos en una cartera bien balanceada. El metal precioso actúa como contrapeso y como cobertura para determinado tipo de inversiones como la inversión en divisas. Además, es uno de los activos que mayor resistencia ha mostrado ante la inflación.
A la hora de hablar de inversión en oro la mayoría tendemos a pensar en dos alternativas: oro físico en forma de lingotes, monedas, joyas…. o contratos en el mercado de materias primas. En el primero de los casos compañías como http://oro.bullionvault.es/Precio-del-oro.do ofrecen la posibilidad de conseguir oro de inversión de forma fácil y sencilla a través de su página web. En el segundo de los casos se pueden negociar desde ETFs sobre oro hasta ETFs que apuesten por metales preciosos, lo que sirve para diversificar un poco la inversión, pasando directamente por contratos de futuros sobre la materia prima.
Sin embargo, existen otras fórmulas de apostar por el oro sin tener que comprarlo directamente. La primera de ellas son fondos de inversión o los ya mencionados ETF en cuya composición el oro tenga un papel predominante. La ventaja de estas fórmulas es que la inversión está más diversificada y no se refiere única y exclusivamente al oro, sino que se puede completar con otras materias primas e incluso acciones de compañías mineras.
Precisamente la compra de compañías del sector es otra de las fórmulas para apostar por el oro. Estamos hablando de comparar acciones de empresas mineras o joyeras, cuyos beneficios están directamente ligados a la materia primera, pero también al buen hacer de los propios gestores. En este caso también hay que tener en cuenta una ventaja adicional, que es la generación de dividendos. Y es que como cualquier empresa, las mineras pueden también pagar dividendos a sus inversores, lo que permite recuperar periódicamente una pequeña parte de la inversión. Además, se trata de un activo de lo más líquido y en el que recuperar el capital es tan fácil como vender la acción en cualquier momento.