Una persona tiene una posibilidad entre 68000 de morir asfixiado; una entre 75000 de morir en accidente de bicicleta; una entre 20000 de morir ahogado, y una entre sólo 5300 de morir en accidente de automóvil.
Antes de haber leído estos números, ¿no es verdad que conducir es a lo que menos temes?
La primera vez que oí hablar del autor de este libro fue en un capítulo de redes, en el que Eduard Punset le entrevistaba. Tras visionar el vídeo, me faltó tiempo para acercarme al fnac y comprar un par de libros y devorarlos.
El matemático estadounidense John Allen Paulos nos revela en este ensayo cómo nuestro analfabetismo matemático hace que estemos indefensos ante decisiones personales financieras, desinformados en cuestiones políticas o vulnerables ante aquellas personas malvadas que traten de engañarnos aprovechando nuestra escasa formación con los números.
El anumerismo, o incapacidad de manejar cómodamente los conceptos fundamentales de número y azar, atormenta a gran cantidad de ciudadanos sin ninguna necesidad, ya que podrían ser perfectamente instruidos. Y no sólo eso, sino que parece además gustarles la idea de la propia ignorancia matemática, ya que sus consecuencias no suelen ser tan evidentes como las de otras incapacidades. Resulta preocupante que una parte importante de la población adulta padezca de anumerismo y, sin embargo, crea en el tarot, la astrología, las bolas de cristal o los gráficos de predicción bursátil.
El libro, uno de los más entretenidos de la serie 52 libros para 52 semanas, trata de centrarse en varias insuficiencias que el autor considera importantes: la falta de perspectiva numérica, la apreciación exagerada de coincidencias que no tienen otro significado más que el de… coincidencia, o la aceptación crédula de la seudociencia (brujería, tarot, astrología, predicción bursátil,…). El enfoque es del todo matemático pero sencillo para cualquier lector, refiriendose en todo momento a conceptos relacionados con la teoría de la probabilidad y la estadística.
Un fenomenal libro, a mi parecer muy ameno, que pretende ayudar a las personas a no tener una tendencia a personalizar sus opiniones debido a las propias experiencias personales, la atención de los medios de comunicación a sus intereses o a dar más importancia probabilística a las situaciones dramáticas por ser más mediáticas. Un libro para divertirse aprendiendo importantes conceptos matemáticos.
Puntuación de El Hombre Anumérico:
Sencillo: 7
Adictivo: 9
Práctico: 7
Mi puntuación global: 7,5
Recomendable: Sí.
Ir al libro anterior (36): Allegro Ma Non Troppo
Ir al libro siguiente (38): Alíate con el miedo
Me lo apunto, siempre va bien el material para mantenerse en el criticismo, hay que priorizar la investigación del conocer sobre la investigación del ser.
Gracias, lo voy a leer. Parece interesante el librito.
Un saludo
josemlc
@josemlc y @Pistachu, os gustará. Me alegro de poder animar a leer libros interesantes.
Ahora entiendo lo del forero no anumérico.
Un saludo.
@VELASQVS, todo tiene su porqué en esta vida 🙂
Pues echate una lectura a «Un matemático invierte en bolsa», tambien del citado John Allen. Es muy asequible de leer y aunque trata cuestiones muy manidas, se saca alguna que otra cosa nueva para reflexionar.
Un saludo.
@Jesús, lo estoy leyendo en este momento, junto a otros. También me está gustando, pero menos que el primero. Un saludo y muchas gracias por la recomendación.
Me parece muy interesante el tema, me recuerda a las conversaciones que tenemos con los compañeros cuando cojemos el avión, con aquellos nervios típicos del despegue y lo tranquilos que vamos con el coche a 150 por la autopista, cuando las estadísticas dicen que la segunda acción es claramente más peligrosa que la primera.
Me lo apunto en la lista. Por cierto Antonio, en estos momentos estoy leyendo «Common sense on Mutual Funds» de John Bogle, y quizás junto con «Intelligent Investor» de Ben Graham sea de los mejores libros sobre inversión que he leído, muchas gracias por tu recomendación.
Saludos
@Lluís, gracias a ti. Exprímelo y serás un gran inversor particular. Un saludo.