Conseguir que tus hijos confíen en ti a la hora de poder expresarte algún problema que les asalte, puede resultar bastante complicado, debido a que cuando llegan a la edad en la que se pueden meter en algún problema financiero (que es el tema que nos preocupa en este blog), suelen tener la sensación de que tienen que resolverlo de forma individual, ya sea por orgullo propio, o por desconfianza en la ayuda que pueda recibir de sus padres.
Para hacer que esta situación de desconfianza no se produzca, vamos a ver algunos conceptos que creo que nos ayudarían en tal situación:
– No presiones. Los hijos adolescentes comienzan a tener un carácter difícil, pero son ellos mismos los que mejor saben cuando deben pedir consejo. Si disponen de la libertad emocional para hacerlo, probablemente lo harán.
– Admite siempre que puedas tus propios errores. Si tus hijos ven en ti a alguien que reconoce sus propias equivocaciones, alguien que aprende de ellas, e incluso comparte ese aprendizaje con los demás, les será más fácil ponerse ante ti para exponerte sus propios problemas. Son gestos de humanidad que abren el camino a la confianza.
– No les juzgues por cada error. Si por cada suspenso, por cada compra compulsiva, por cada pelea, por cada palabra malsonante que se le escape, por cada…, les juzgas severamente, siempre vivirán con la presión de la posibilidad de cometer errores. Cuando los cometan, los esconderán para no ser juzgados nuevamente. Muéstrate comprensivo y buscarán tu comprensión.
– Menos preguntar y más escuchar. Tenemos dos orejas y una boca. Úsalas con ellos en su misma proporción. Si se acostumbran a que les oigas, irán a ti para que les escuches.
– Deja que tengan la posibilidad de equivocarse. Este último punto me parece de una importancia fundamental. Cuando tomen una decisión financiera y te la expongan, préstale atención, dale el beneficio de la duda y permite que la lleve a cabo, aunque creas que no lleva razón (todo dentro de unos límites). No estés dando lecciones todo el rato. Quién sabe, quizás lleve razón y el que se equivoca eres tú.
Éstas son algunas pautas que pienso te pueden ayudar. ¿Estás de acuerdo con ellas? ¿Añadirías alguna pauta más? Por supuesto, no tienen porque ser del agrado de todos los padres, ya que cada maestrillo tiene su librillo. En mi opinión, tener largas conversaciones con tus hijos sobre temas «adultos» puede ser una de las experiencias más alentadoras como padres educadores. No dejes que tus hijos pierdan la confianza en ti, muéstrales el camino.
Dificil tarea amigo mio, en esto tambien hace falta suerte,jeje.
s2
@Sco, sin duda, ojalá dependiese sólo de nosotros…
Cuando era pequeño recuerdo que en la consulta del pediatra estaba enmarcado el siguiente poema:
Tus hijos no son tus hijos,
son hijos e hijas de la vida,
deseosa de sí misma.
No vienen de ti,
sino a través de ti,
y aunque estén contigo,
no te pertenecen.
Puedes abrigar sus cuerpos,
pero no sus almas,
porque ellos,
viven en la casa del mañana,
que no puedes visitar,
ni siquiera en sueños.
Puedes esforzarte en ser como ellos,
pero no procures hacerlos semejantes a ti,
porque la vida no retrocede ni se detiene en el ayer.
Tu eres el arco del cual tus hijos,
como flechas vivas,
son lanzados.
Deja que la inclinación,
en tu mano de arquero,
sea para la felicidad.
Poema «Tus hijos» por Kalhil Gibran
@Pistachu, precioso poema. Me ha encantado. Cuando llegue a casa te prometo que lo imprimo y lo pego en la nevera con un imán. Te agradezco mucho que hayas compartido con nosotros tamaño mensaje.
Un saludo grande.